
El Modelo Cooperativo para la promoción de Viviendas
¿Por qué hoy debemos apostar por el modelo Cooperativo para la promoción de viviendas?
En un momento en el que el liderazgo y la adaptabilidad al cambio son capacidades tan necesarias, contar con el talento de las personas que forman parte de una empresa y fomentar un entorno colaborativo será clave. Esta crisis nos debe servir para replantear valores y tomar consciencia de lo necesario que es implementar políticas correctas de gestión económica y social en toda organización.
¿Cómo influyen todo estos valores en un entorno inmobiliario fluctuante y de incertidumbre?
Pues influyen en cualquier empresa pero adquiere una especial relevancia en el entorno COOPERATIVISTA.
La cooperativa de vivienda, entendida como unión de personas que buscan satisfacer un interés común, es también en sí misma una empresa con dos realidades distintas (empresa + cooperativa) que deben permanecer en “equilibrio” para lograr el éxito perseguido. Un Cooperativista no es un comprador de viviendas sino un “socio de una empresa”, un autopromotor, que arriesga recursos propios y contribuye a la gestión de la empresa resultando por último, el usuario final- consumidor que disfruta de la vivienda construida.
Las sociedades cooperativas de vivienda se caracterizan por estar organizadas y gestionadas democráticamente (no son sociedades de capital sino sociedades de personas) que realizan su actividad de forma responsable y solidaria en la comunidad y en la que sus socios, además de participar con el capital aportado lo hacen también en la actividad societaria, prestando su trabajo, satisfaciendo su consumo o valiéndose de sus servicios para añadir valor a su propia actividad empresarial. Son sociedades además que cuentan con una fiscalidad específica propia, que dependiendo de si se clasifican como sociedades cooperativas protegidas (todas) o especialmente protegidas (las de consumidores y usuarios en las que algunas comunidades autónomas incluyen a las de carácter inmobiliario) contarán con exenciones y bonificaciones fiscales importantes.
Como cualquier otra empresa, estas sociedades deben cumplir con tres viabilidades para lograr su supervivencia en el tiempo:
- Viabilidad Comercial: diseñando un producto que el mercado pueda absorber.
- Viabilidad Económica: con la característica especial de que en una cooperativa no debe haber un “beneficio económico” entendido como tal, dado que las cooperativas no persiguen un fin de lucro, sino que su beneficio es adquirir una vivienda a precio de coste.
- Viabilidad Financiera: necesita tener el dinero en el momento en el que deben aplicarlo por lo que el proyecto será viable económicamente gracias a las aportaciones de los socios y el préstamo promotor que solicitarán.
La cooperativa nacerá para cumplir su objeto social y cuando cumpla ese objetivo, lo lógico es que se disuelva pero a su finalización, la normativa permite que se pueda convertir en un “cooperativa de consumo” (cambiando el objeto social y los estatutos) que ofrecería servicios (seguridad, guardería, transporte…) a los propios cooperativistas o bien profesionalizarse y mantener una continuidad en el tiempo, abarcando varias fases o secciones de distintas promociones y aumentando su estructura con un cuerpo de Gestión propio.
La Cooperativa de Vivienda, no necesita una estructura de inicio fuerte, porque puede utilizar los servicios de un Gestor de Cooperativas especializado que asesorará y gestionará el proyecto Inmobiliario completo hasta la finalización del proyecto.
¿Cómo debe actuar un buen Gestor de Cooperativas?
La figura del GESTOR DE COOPERATIVAS es clave y debe entenderse desde una gestión de prestigio, solvente y profesional, lo que le convertirá en la máxima garantía para concluir con éxito el proyecto inmobiliario pretendido. Este Gestor, que puede tener responsabilidades equiparadas a la de cualquier otro promotor privado, si realizase una gestión incorrecta (ver articulo 17.4 LOE) debe actuar desde un sentido ético, buscando proteger su imagen y marca, desde el prestigio y convirtiendo su profesionalidad, en su activo más preciado y prioritario.
“Transparencia, independencia, compromiso, innovación, eficiencia, rentabilidad (para ser competitivos), desarrollo sostenible, confianza, reputación y legitimidad deben ser sus valores, si quiere perdurar en el tiempo. La Responsabilidad social genera siempre VALOR”.
¿Cuál debe ser su reto actual?
El Gestor de Cooperativa debe fomentar fórmulas que le permitan trascender su actuación dentro del Sector Inmobiliario más tradicional y, por ello, será lógico dirigir sus actuaciones hacia la figura del “agente urbanizador” o como “promotor de vivienda en régimen de alquiler” ; promoviendo viviendas para el “colectivo senior” y participando en proyectos de “cooperativas de rehabilitación o servicios”; sin olvidarse de fomentar una “mayor colaboración pública-privada” que le permita, por ejemplo, utilizar las cesiones de suelo público de forma que el cooperativista adquirirá el vuelo del proyecto constructivo desarrollado en el suelo cedido.
Las cooperativas ya no sólo impulsan proyectos de viviendas protegidas sino también en régimen libre y atendiendo “a la distinta demanda social existente”, al margen de rentas más o menos bajas lo que hace que hoy en día, se desarrollen incluso proyectos de lujo desde un régimen de cooperativa.
¿Os resultó útil mi artículo? Si ha sido así puedes recomendar, compartir o comentar conmigo. 🙂